Me inicié en esto cuando quise hacer los primeros ponqués de mis hijos.
Tomé algunas clases y compré revistas que mostraban el paso a paso de cómo modelar muñequitos y daban ciertas instrucciones. Esto me pareció suficiente para empezar, que ingenua! Pero empecé.
El primer ponqué que hice fue para mi hijo menor, como no sabía cómo hacer pastillaje y cómo no estaba familiarizada con los nombres de los materiales utilizados para elaborarlo, me fuí a una tienda de venta de suministros para pastelería y ahí me enteré que lo vendían ya elaborado y listo para empezar a modelar. Esto me pareció súper, un paso que me podía saltar.
Llegué a mi cocina con todo mi «conocimiento» lista para iniciar mi empresa. Saqué mis revistas, la materia prima y listo. Qué ingenuidad, pero bueno empecé a modelar y a hacer como decía en las revistas, e hice todos los muñequitos. Cuando terminé me sentía súper orgullosa. Recuerdo bien que era un ponqué de payasos y siendo un poco cruel conmigo, estos parecían sacados de película de terror, pero en su momento eran lo máximo, lo había logrado y eso era lo que contaba. Por eso digo que gracias a Dios mi hijo era chiquito y espero no tenga recuerdo de esto, pues habría podido ser un recuerdo traumático.
En fin, todas las experiencias que he tenido con cada uno de los ponqués me han enseñado cada vez mas, siempre surge algo o ves algo que se puede aprender o mejorar.